**Formó parte de la generación 22 de la Policía Estatal y se destacó por su labor en el Grupo Alfa, así como por su espíritu altruista en el departamento de Trabajo Social de la corporación
San Luis Potosí, S.L.P.- Lo que un día comenzó como un sueño el 1 de febrero de 1995, en la generación 22 de la Policía Estatal, hoy termina con un gran número de anécdotas, satisfacción, nuevos amigos y a su vez, un mundo diferente para Lidia Reyna Mariscal, mujer entregada a su labor al servicio de la seguridad pública en su Estado, San Luis Potosí, quien hoy inició otra etapa de su vida, ahora en su proceso de jubilación, luego de 29 años de trayectoria.
Comenzó su carrera policial integrando uno de los grupos más memorables en la historia de la seguridad estatal: el Grupo Alfa, destacado por sus insignias doradas y su negro imponente, un agrupamiento que se distinguió por integrar a mujeres y hombres con altas capacidades de combate, trabajo en situaciones de riesgo y rapel. Además de su capacitación para la disuasión de eventos de alto impacto, desarrollándose por más de 12 años en el Agrupamiento Alfa.
Fue parte de diferentes áreas operativas, además de participar en el dispositivo “Éxodo”, históricamente conocido, luego de que Personas Privadas de su Libertad, fueran trasladadas de la antigua penitenciaria, hoy Centro de las Artes, al Centro de Reinserción Social La Pila.
Su mirada se va a los recuerdos también de temporadas difíciles, en donde dejó a sus hijos de 10 y cuatro años por mucho tiempo solos, porque tenía que trabajar para que nada les faltara, pero ahora puede disfrutar de ellos, de sus nietos y de lo construido en favor de su familia.
Lidia Reyna desempeñó con profesionalismo su última encomienda: el Departamento de Trabajo Social. Sus compañeras y compañeros la despidieron con afectuosos abrazos, lágrimas de felicidad y mucho cariño que forjó en esta trayectoria.
Deja una gran ausencia en su área laboral, por una amistad que impulsó con solidez con sus compañeros de profesión, quienes le agradecieron por las enseñanzas, apoyo, por sus ganas de seguir preparándose y por su vocación de servicio.
Para quienes forman parte de esta corporación, es un honor haber conocido a una mujer entusiasta, proactiva y trabajadora como Lidia Reyna Mariscal.
¡Enhorabuena, Lidia, un fuerte abrazo de quienes formamos parte de esta, tu casa, la Guardia Civil Estatal!